BODEGA EL VINO DEL DESIERTO

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Antaño Los Monegros fue un territorio lleno de vid, lleno de color, de ocres, marrones, amarillos, y verdes, muy verdes, ya que fue una de las comarcas aragonesas con mayor superficie de viñedo. Todo cambió en la década de los años 50, con la llegada del regadío. Se construyó el canal de Los Monegros y el paisaje agrícola comenzó a cambiar. Se arrancaron la inmensa mayoría de las hectáreas de viñedo existentes y se apostó por cultivos extensivos como el cereal, forrajes, etc. Como en tantas otras familias, nuestros antepasados cultivaron la vid. En nuestra casa, la familia Mir, nuestro bisabuelo Antonio junto con nuestro abuelo Manuel, trabajaban 2 hectáreas de viñedo, pero al igual que la gran mayoría de las personas que habitaban por aquel entonces este territorio, llegado el momento, decidieron arrancar… Con el paso de los años, en 2001 se unen tres generaciones, nuestro abuelo Manuel, nuestro padre José y Fernando, que tras realizar la primera plantación de viñedo, hacen que despierte un sueño, convertido en un proyecto, un proyecto de vida llamado El Vino del Desierto. Fernando Mir, el artífice de que ese sueño se hiciera realidad, empujado a arraigarse a sus orígenes, en Lanaja, decide apostar por el medio rural y recuperar un cultivo tan afamado como antaño convirtiéndose así en su medio de vida. Tras años muy intensos, en 2012 se inaugura definitivamente la Bodega El Vino del Desierto, con 6 hectáreas de viñedo y con el objetivo de elaborar en torno a 15.000 botellas de vino llenas de un paisaje, de un territorio único, el desierto de Los Monegros.